domingo, 27 de abril de 2008

Dan Hiel


Ni yo mato por celos
ni tu mueres por mí
Joaquín Sabina

Brenda Margarita Macías Sánchez (Venedrac)

Lunes de cabeza volátil segrega al hipotálamo lúbrico. Quería estar a solas con ese poder de seducción que tú manejas, pero hoy no tuvimos tiempo de cerrar los ojos y pensar en el “para siempre” ni en él para siempre.
Te traía aquí para el goce humano para que agitaras mis recuerdos y me hicieras explotar de deseo por ti.

Huyo del pasado, sólo quiero vivir el instante contigo, sin trascendencia terrenal. No quiero morirme a tu lado, no planeo resanarte el último hueso. Sólo quiero tu Lengua: cuerpo adentro.

Dame un montoncito de tiempo, no me pierdas de vista. ¡Quédate! Habita mis espacios vacíos: los huecos naturales de la anatomía animal.

Ora por mí cuando el orgasmo llegue.

Era mi momento, pero desafinaste el canto del viento revuelto de tierra, polvo, ceniza…

Así me gustas, escurridizo de mis agravios, así… sin apegos y cargando la maleta que te alejará al fin del mar.
Cuídame como a un mimo, prometo no emitir sonido oscuro durante el espectáculo: no voy a eructarte.

Me atrapaste en tu ramaje de venas. Cuando tengas tiempo, toma una copita de mis vasos sanguíneos de silencio.
Te esperé hambrienta, el tiempo se consumió despacio. Ya pasaron 22 horas. Cargo dos días de sed y decepción. Me inyecto sangre fría. Río. Arrojo en la fibra de celulosa una escena más de amor abreviado. Hoy no tenía angustia ni horror ni incredulidad. Pero me dejé llevar por esta mano sudada de haberte sentido…



Firma
El ataque de tos


sábado, 26 de abril de 2008

Semanario

¿Soy mujer líquida? Acuosa, escurridiza, hervida de desilusiones torturo, pero me transformo y soy vital. El líquido sacia, humedece la lengua, hidrata nuestra reseqedad exterior. Moja constante y eternamente al organismo para que siga sus funciones. ¿De qué color me ves fluir? El consuelo será que me respondas en tono periodístico, como lo sabes hacer, ausente de metáfora, idealismo, subjetividad y sin palabras abstractas de imagenes fotofóbicas como éstas que hoy lees. --Por fortuna no escribí en lenguaje clepmárgico paramovido o el que utilizan los habitantes de mi mundo--. ¿Tengo sabor? ¿Huelo a algo? ¿Emito algún sonido? ¿Conozco la sed?

Reincide, búscame en lo oscuro de alguna calle, nada... en mis aguas viscerales. Recuerdo que antes de tirar mi esencia a la tempestad robaste beso aguado... Seré transparente. Tuviste temor de arrojarnos a la nada desde lo alto de la colina y caer en forma de lodo. Nuestra canción se dirigía a ninguna parte, pero no, la pescó la caja de texto que hoy ves, su destino: el maletín del armario de los placeres frustrados... surgiste con tu máscara, eres terrenal. Los regados frutos te alejaron sobre el corcel plateado. Huiste como yo, sin mirar atrás... Polvo serás.

jueves, 24 de abril de 2008

Personajes de Placebo plástico. Muy pronto conocerán el texto completo.

Safo [Guionista]
El Andrógino [Camarógrafo]
Alabama [Conductora]
Teatrino [Personaje múltiple]

Para Shilo

El gatito me encontró, me vio tan sola que me quiso acompañar, pero mi madre ya lo agarró de compañía y no me le quiere prestar. Voy a llorar.

Algunos cuadros familiares

I
A veces me dan ganas de ser como mi mamá. Ella se negó hoy a hablar con mi padre, se sintió ofendida después de su llamada del sábado. El único motivo fue para saludarla ahora que estuvo sólo en su casa de Escobedo, Nuevo León, donde vive con la legítima madre de sus hijos. Después de hacerse el silencio, mi madre seguro lloró imaginariamente, colgó y durmió incómoda hasta la mañana. Por eso se puso a lavar ropa todo el día. Esa es su catarsis.

II
El padre llama, grita por error en el teléfono --¿hablo a casa con mi vieja de Saltillo? --entre risas, cuelga, pero antes dice --¡Chingada madre!

Después vuelve a marcar, pregunta por mi madre, se la quiere llevar a Zacatecas, pero le digo que intente encontrarla más tarde porque ella está ahora en la iglesia. Pero no. Le miento para que nos deje en paz. Mi madre está lavando los trastes en la cocina y sueña con acostarse en su cama individual y abrazar a mi hermano tan fuertemente que pueda olvidar que estuvo enamorada. Hoy queda prohibido hablar con el papá

III
Por qué no hago lo mismo contigo, si lo único que me atrevo a hacer cuando estoy triste es meterme debajo de la cama, llorar hasta que los ojos se conviertan en cerezos y encontrar un punto, foco rojo de mi atención y trato de mirarme adentro. Ahí están las ganas de leer a Baudelaire, la necesidad de salir al cine y engañarte con otro ser inhumano. El primer hombre que se me viene a la mente seguro está en un templo cristiano, cantando y ahuyentándome de su mente después de mi desprecio. Hoy quisiera engañarte y no contestar a esa bocina infernal, ni sujetarme a la rienda que me arrastra en tus arenas.

IV
Por qué cuándo la sangre del útero baja sin consideración, pareciera que mi raciocinio se escapa, se aprovecha, anda suelto por los caminos de la realidad, lejos de mis manos mientras me vacío de vida, quedo indefensa y no tengo más que quebrarme y aguantar mareada la fuga de plaquetas... Ningún servicio de emergencia atiende mi dolor... los médicos sirven a otros enfermos, yo me curo con el humor de agua caliente y el llanto. A veces creo que es necesario ir al hospital para que irrumpan en la casa de la sangre algún medicamento que contrarreste el sopor. Tu atención se desvía, más hoy que amanecí tan triste. Ves que sí caga que la atención se desvíe de uno.

V
Las piedras te hicieron olvidarme. Ahora que me he calmado y que las lágrimas cesan, no así la sangre del final del cuerpo. Te estoy esperando, vendrás por mí y de nuevo me enamoraré, te besaré como si nada, tomaremos un té o una cerveza, te despedirás de mí, me dejarás de nuevo en casa, dormiré hasta mañana y la historia se volverá a repetir.

Armario de los placeres

Receptáculo de recuerdos, concepciones y sospechas.

Ad líbitum