viernes, 16 de noviembre de 2007

Lugares comunes


¿Qué puede ser peor que la sin respuesta?

¿El silencio? La caricia del silencio estrujando mi pecho. Ese dolor prolongado que arde, tortura antes de respirar el último aliento. Gracias por la verdad efusiva que llega por experiencia y no por el grito de la voz.


Que miedo siento al escribirte, lector, amigo; porque presiento que no habrá respuesta. Qué terror ver mis letras olvidadas en esta bandeja de entrada o peor aún en elementos eliminados.


Ya no sé qué más agregar a este mensaje sin razón, sin respuesta, este mensaje que en definitiva carga dolor en los ojos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Armario de los placeres

Receptáculo de recuerdos, concepciones y sospechas.

Ad líbitum