martes, 13 de noviembre de 2007

Reencuentro dominical

Eres mi turbia locura y mi caprichosa extravagancia.
No hay salvación...
Tengo indicios del mar incurable: amor que conduce a la muerte.
¡Ampútame con tu frialdad científica!
Sumérgeme en una fase enclenque
acércate a esta enferma
aplica un remedio a mi único consuelo: dormir...
Y sin embargo te alejas para evitar el contagio.
Asumo, sin remedio, la desdicha y lo absurdo de la condición humana.
La verdad tradicional es fugaz e impalpable como tú.

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Receptáculo de recuerdos, concepciones y sospechas.

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