miércoles, 31 de octubre de 2007

Fito, te necesito

¿Saldré de la prisión de cristal ilesa y sin remordimiento?
Esperaré la señal para escurrirme por la coladera
cucarachas: acompañantes apestosas en mi huida
mandatos estridentes y de vez en cuando la necesidad de escapar de este vehículo animado.
No sigo ni paro sobre esta caja vacía: Maldito músculo palpitante, déjame.
El corazón es un medium que predijo catástrofe.
Saldré por la puerta trasera, por debajo de las piedras
me pisarán las máscaras.
Que lo dioses druidas lancen un hechizo
a quien mandó la mala suerte. Lo convertirán en serpentina
o mejor en un ser de luz para que su amargo dolor hacia la vida perezca.
Pronto estaré contigo, Fito Páez. No me esperes.

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