domingo, 9 de diciembre de 2007

Virgen del nopal, busco desamor


¿Por qué no te creo, virgen del nopal? Tus espinas no me duelen, no me hieren aunque estén clavadas en tus años de mártir. El color verde penca que sostiene tu cuerpo inmaculado no me sorprende, ni me sonroja. Sé que las babas del nopal son buenas para los labios partidos y más aún en estos días de abstinencia, en los que carezco de ese "alguien" que haga la función curativa y mágica de besarme largo rato. Pero regresemos a mi reflexión sobre ti. Verás... hoy sin darte cuenta impediste que llegara a mi destino, pusiste frente a mí un montón de carros alegóricos con peregrinos, regidos por el calendario gregoriano. ¿No tienen nada qué hacer? Caminar tras las imágenes de barro para darse golpes de pecho. ¿No es perder el tiemp? La recomendación es: Haz el mal y al final de año marcha trás la virgen de Guadalupe y te irás directo al cielo, pero estrellado.

No me conmueve tu gesto ensombrecido, ni tus rosas, ni las estrellas que te cubren. La mano macraba que te pintó en el ayate del indio... del santo o qué se yo... te dibujó morena como la piel de mi pueblo. Te llaman Guadalupe como a cientos de mujeres mexicanas. Era de esperarse, nos parecemos a ti, puesto que estamos paralizados, mudos, atónitos, con los ojos suplicantes, ciegos y perplejos ante tu limitada belleza. Eso observaron los artistas que te plasmaron para siempre en esas fibras vegetales.

¿Será benéfico compadecerme de los que caminan mil leguas para llegar a ti? o ¿me compadezco de mí? El dogma al que perteneces no nos permite ver más allá. Somos ciegos por culpa de tu fe. Fe ciega... ¿Será consuelo ser miope? ¿por qué te siguen estos hombres a pesar del sol y de mi música estridente alemana? Lloro porque le cantan a la ignorancia. Esa enfermedad de mis congéneres a la que nos has sometido. ¿Por qué desgastan a mediodía la energía del domingo? y no me permiten ver al desamor unos minutos... ¿del delicado domingo de diciembre? ¿por qué no nos permites cuestionarte? ¿no te gusta la gente crítica, verdad? Tu extravagancia de matlachines, la contaminación que dejarán a su paso los idólatras, el caos en las vialidades de la ciudad saltarina no me dejaron llegar con buen humor, a realizar mis planes egocéntricos. Domingo fatalista, domingo de miedo... deprimente domingo.

1 comentario:

  1. SANTO dios... escribes muy biens ere sincero nos soy un lector constante como puedes ver no se ni escribir pero me gsuta como escribes jaja gran cerebrode chica (palabras que escuchas a diario)es una critica cre que muy vacia pero pues me agrada eso lo puedo asegurar saludos y suerte

    ResponderEliminar

Armario de los placeres

Receptáculo de recuerdos, concepciones y sospechas.

Ad líbitum