jueves, 24 de enero de 2008

Carta

Torpeza de no saber en dónde depositar una carta. En las oficinas del servicio postal mexicano en Saltillo (Sepomex) el olor a papel olvido me ubicó en un mundo atávico, reparé enseguida que el blog y el e-mail son vanidad: un avance de la tecnología. ¿En qué lugar del sobre se escribe el remitente? ¿Arriba o abajo? Si lo pongo abajo se regresará a mi domicilio, tomé en cuenta la observación de la memoria y escribí el destinatario abajo, en una esquina, a media luz. 3 hojas de papel reciclado relataban lo infeliz que era. Escritura automática para no perder la habilidad de mover la mano sobre el papel... una pluma arterial tiraba la semilla creativa y oraciones sintácticamente incorrectas sobre la fibra de celulosa. Sin ton ni son me dejé llevar. La mañana llegó con el duende de Lorca, me urgía escribir, girar la hoja y olvidar la realidad circundante llena de hombres trabajando automáticamente en actividades relacionadas con la producción televisiva. Acá en mi mundo escribí frases sueltas, recreativas, fantasmagóricas con el fin de rescatar la tradición de escribir una carta. Aunque el destino era cercano, Monterrey, no me importó. Mi amiga Jéssica Nieto y yo experimentaríamos como antaño lo hicieron nuestro padres y abuelos a través de la epístola escrita a mano. Lo del mensajero instantáneo ya nos parece aburrido. Ahora sólo me resta esperar contestación, esto llevará tiempo. Ambas tenemos saturadas vidas.

1 comentario:

  1. La carta llegó, hace tiempo, y precisamente por el desapego al uso de estos medios no había leído tu post. Es un poco absurdo porque yo tengo mi blog y tú el tuyo, éste. En fin. La carta llegó y yo he enviado la mía, que ya has recibido. Sí, esto es lento pero reconforta. Me gusta escribir a mano, escribir de verdad, con el dolor en la mano después de haber apoyado por tanto tiempo una pluma sobre el papel.

    Quedo en espera de la respuesta. Yo también me pregunté en dónde demonios se acomodaban los datos, el remitente, el destinatario. Lo mejor de todo es comtemplar el sobre que se aleja adornado de estampillas.

    Nos vemos pronto.

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