jueves, 21 de febrero de 2008

Sueño extravíado

¿Por qué no puedo tenerte como yo quiero? Tú deberías estar aquí, a mi lado o enfrente arrancando la zona erógena que mantengo a la orilla de la oreja, mientras se enrojece la luna... No sé de qué planeta vienes, pero alguien te arrojó hasta mi cuerpo celeste. Confusiones malditas habitan tu corazón y el mío es un mar de recuerdos aveces olvidados, aveces vivos que vuelven, se van y los entierro, los resucito y cada tercer día regresan a la tumba. No sé por qué me siento extraña, atraída por tu alma... ¿Será la fuerza del eclipse total de luna?
Te busco en la copa de los árboles y sólo encuentro aves negras... No eres tú, son la sombra de tu cuerpo azul casi blanco, casi puro: hombre invisible...
¿Qué hay detrás de esa luz que irradia tu voz de línea telefónica caliente? Antes de irme a la cama te dedicaré un pensamiento porque me reviviste del letargo, abriste las alas de mi sueño ideal... la soledad se marginó... ¡El abrazo húmedo de mi alma te espera constante!... ¿Sí sientes el vapor? Llévate todo los restos que me quedan... ahora que el perro rabioso del amor entró a mi cuerpo...

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Receptáculo de recuerdos, concepciones y sospechas.

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